Las raices en la tierra

Mi vida es el compromiso total en continuar un proyecto.
Un proyecto basado en pasión, calidad,
un respeto total de la naturaleza y la autenticidad
del vino.

Un vino que debe respetar la variedad de la uva de donde viene y la cosecha en la cual fue creado.
Solo de esta manera mi vino puede durar, principalmente en la memoria de las personas y luego en la bodega, si decides guardarlo.
Mi vino es el fruto de las generaciones que vinieron antes de mí y la tierra en la que vivo, el Val Tidone.
Mi valle ha sido un terreno ideal para viñedos por siglos, sus colinas están completamente cubiertas con bosques y vides. Sin embargo es una tierra llena de contradicciones, tiene mucho potencial pero también mucho que mejorar.
Los continuos intercambios con muchos amigos vinícolas en mi área, mi país y todo el mundo, me han hecho entender que solo a través de la preservación del ambiente es posible mantener nuestro patrimonio de valores y productos únicos.
Solo continuando por este camino es que puedo mirar al futuro con confianza, aunque dándome cuenta al mismo tiempo de lo difícil que será para mí.
Por esta razón, me he comprometido con mejorar mi tierra, el Val Tidone.
Hoy no busco lo mejor, o mejor dicho esos vinos que responden a un modelo ya hecho. Sería como quitarle una parte a los aromas y sabores de mi tierra.
Hoy trabajo con las uvas respetándolas. Quiero que el vino que salga de mi bodega tenga rastros de mi alma así como de mi tierra.

Quiero que mi vino sea recordado y darle al que lo bebe la emoción de un viaje, un viaje a través de mi mundo y la vida de mi tierra.